lunes, 14 de febrero de 2011

Y sigue pa´lante sin mirar para atrás …..


Nos hemos convertido en una sociedad en donde nunca dejamos de maravillarnos de las ocurrencias con las que se pretende dar respuesta a todos los males habidos y por haber. De continuar así en un plazo perentorio sobrepasaremos los límites de lo posible hasta “llegar donde nadie ha llegado jamás”.

Hay dos cosas que se han venido utilizando como fórmula mágica para solucionar problemas: construir algo nuevo que reemplace lo que se dañó en vez de arreglarlo o agregar en un nuevo título a la constitución aquellas cosas que se hicieron mal para que otro lo vuelva a hacer. Por ejemplo:

• Cuando la gente se quejó del alto costo de las autopistas, se hizo todo un espectáculo dizque para comprarlas,
• Ante el problema del transporte se plantea el construir un Metro, sin considerar si es viable, necesario y financiable. Esto se dio por hecho sin hacer los incómodos estudios de impacto ambiental, el trazado de la ruta, las paradas, étc.
• Cuando se da el problema del Puente Centenario, lo que es muy grave, se habló de construir otro puente.
• Ante el congestionamiento del Puente de las Américas, ya se anunció la construcción de otro puente sobre el Canal,(creo que sería el tercero) y por supuesto la demolición del Puente de las Américas. Según se dijo eso obedece al hecho de que con la ampliación del Canal, los barcos post Panamax no cabrían por allí…. A lo mejor serán como una nueva versión, más ancha, del Arca de Noé.
• Con el terrible problema del agua, se hizo público que se iba a construir otra potabilizadora.
• Para combatir la peste de los “diablos rojos” se compraron buses nuevos con gran bombo y platillos, pero sin resolver los detalles de su administración, reclutamiento de choferes y forma de pago.
• El caótico programa de “cien para los setenta” se implementó sin establecer criterios que delimitaran su implementación, ni escogiera a sus beneficiarios. Por eso hemos sido testigos de un retorcido embrollo en donde la primera vez lo dan a todos los viejos que tienen de 70 y más como dijeron. Luego se los quitan porque descubrieron que no era suficiente ser viejos, además debían ser pobres, luego se lo vuelven a quitar porque además de viejos y pobres debían ser desamparados y así vamos depurando la lista, me imagino hasta llegar al punto en que diga que se suspende el programa pues no hay beneficiarios.

Quizás yo no entienda y este panorama refleje una nueva versión de la democracia, en donde todos tienen derecho de decir lo que les viene a la boca sin pasar por el cerebro; o a lo mejor será que la moda es “meter la pata”. Esto suena cómico, pero creo que es más bien trágico. Se tiene la impresión de vivir en un berrinche apocalíptico donde hasta el más mínimo evento o situación se soluciona con su desaparición o destrucción. Una especie de vaivén sin sentido donde se ha perdido la noción de progreso y se ha reemplazado por el capricho irreflexivo.

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